Richy Bastante:
'Cuando me marginaban en el cole escuchaba a Alaska en el walkman'
Entrevista en exclusiva a Richy Bastante.
miércoles, 13 de diciembre de 2006 - Jesus del Pozo
Richy Bastante es como una botella de cava... si lo agitas, explota. Y como el cava, te hace reír cuando estás más de cinco minutos en su compañía. Hemos querido compartir una charla distendida con él para conocerlo un poco más y que nos emborrache con sus burbujas doradas. Recientemente, Richy participó en un cara a cara con la que fue Tamara, luego Ámbar y finalmente Yurena en el programa ¿Dónde estás, corazón?, de Antena3, pero el madrileño más vamp no guarda muy buen recuerdo de este encuentro. El transformista deja atrás su pasado bajo la sombra de la mujer de los mil nombres y las dos mil operaciones de estética para revelarse como una leona vestida de lentejuela viva que ruge libertades. Sus nuevas canciones (que te puedes descargar en su página web) y proyectos inauguran esta nueva y prometedora etapa de la joven promesa.
¿Cómo te decidiste a ser transformista con lo joven que eres?
Todo el mundo, cuando aún yo no tenía idea de que quería dedicarme al mundo del espectáculo, me decía que valía para ello pero yo era un crío, tenía 13 o 14 años. Cuando la relación con la que fue Tamara vino a menos y empezaron a sucederse los problemas con ella, empecé a plantearme dedicarme al transformismo, ya que desde hacía varios años siempre me había atraído este mundo: subirte a un escenario y transmitir lo que tienes. Entonces, se les ocurrió a un grupo de amigos, transformistas y compositores que podía grabar unas versiones de los '80 y que ésta fuera el producto con el que podía darme a conocer. Me dijeron: "Aunque el disco no esté aún en el mercado, no te obsesiones con ello, puedes ir haciendo tus galas y tus bolos". Indudablemente, me dijeron, "tú ya eres conocido por los programas de televisión y te va a ser más fácil y siempre vas a poder cobrar un poquito más". Entonces a mí me pareció estupendo. Me grabaron las canciones y la idea era moverme en circuitos de público gay y currármelo. Pero no pensaba que se me iba a dar la cobertura que luego se me dio: TNT, ¿Dónde estás, Corazón?, Aquí hay Tomate, que me grabó incluso un videoclip... Al ver todo el apoyo de los medios, empecé a ganar más dinero por actuaciones, me llamaban de televisiones autónomicas, nacionales...
¿Vives de esto?, ¿De tus bolos y de la tele?
Sí, desde hace un año, que es cuando he cumplido la mayoría de edad, a lo que me dedico es a mí. Y eso engloba mi imagen, mi talento y todo lo relacionado directamente con el mundo del corazón y del transformismo porque una cosa que yo no haré nunca es negar que soy un personaje de la televisión. Además, poca gente tiene la suerte de tener los minutos que a mí se me dedican en los medios y aspiro a ser un artista respetado y reconocido en el transformismo.
Es cierto que hay mucha gente que renegaría de sus inicios, por ejemplo del tuyo con la que fue Tamara...
No se puede renegar nunca, es como si renegásemos de dónde hemos nacido en la realidad. Lo que pasa en este mundo es que la gente tiene muchos delirios de grandeza, la gente reniega siempre de su pasado y yo me siento muy orgulloso de él. Yo soy un chico superjoven que ha sabido defenderse y se está sabiendo defender para salir adelante en un mundo muy duro que es el del espectáculo, lo cuál me parece aplaudible, te guste o no, o te parezca mejor o peor.
¿Cuándo fue la primera vez que pisaste un plató de televisión?
Con 14 años. Pero ahora acabo de cumplir los 18 y para la juventud que tengo creo que me manejo bastante bien.
¿Qué tal llevas las críticas?
Yo cada día recibo mil críticas... si hiciera caso sólo a dos ya sería una veleta.
¿Crees que cuando tengas 40 años vas a volver la vista atrás y te vas a arrepentir de tu pasado?
No, porque cuando no se hace nada de lo que te avergüenzas, luego cuando echas la vista atrás no te sientes mal. Sí hay cosas que con la experiencia vas diciendo: "Esto ahora no lo haría o lo haría mejor..." todo perfecto no se puede hacer en esta vida.
¿Has caído en montajes o has inventado cosas como otras personas del corazón han hecho?
No, eso es lo peor, tesoro. Yo espero y rezo por mantenerme siempre con lo que tengo, que ya es bastante y seguir creciendo, pero no tener que hacer uso de la mentira. Porque una cosa es que tú como persona conocida o popular vayas a un plató a explicar tu vida, lo cual es perfectamente lícito o realices un enfrentamiento con otra persona con la que tienes un problema, hasta ahí vale. Pero mentir, y a veces hasta niveles tan descarados como lo hacen algunos personajes, no. A mí se me caería la cara de vergüenza. Yo no he sido hijo de nadie, yo no he tenido facilidades para salir en la tele pero si he tenido que pisar un plató ha sido por dos motivos: por hablar de mí, que tengo todo el derecho del mundo o por cantar. Yo puedo hasta entender a la gente que hace un montaje para darse a conocer pero luego se pone a trabajar de cantante, de artista... pero no a la gente que miente y pretende vivir siempre de ello.
¿Cómo definirías tu estilo?
Muy ochentero, muy como sacado de una película de Almodóvar. Tengo influencias de Londres en algunos vestuarios. La ropa suelo comprarla normalmente en Madrid, en la calle Fuencarral y la mayoría de ropa me la hacen a medida en una tienda muy gótica y ochentera que trabaja mucho el cuero, el vinilo, la redecilla... Es una ropa muy rollo Alaska cuando estaba con Dinarama.
¿Qué artistas son los que más admiras?
Alaska sobretodo. Mira, esto no lo he explicado nunca... Cuando yo tenía ocho o nueve años era la época en la que vas al colegio y empiezas a descubrir tu sexualidad y no sabes si te gustan los chicos, pero sabes que las chicas no. Yo recuerdo que siempre era discriminado de pequeño porque era un niño muy sensible... entonces iba escuchando en el walkman "A quien le importa..." de Alaska y esto me daba fuerza. La primera vez que yo me empecé a maquillar fue con once años y me maquillaba con fotos de Alaska delante del espejo porque era mi gran ídolo. Sigue siendo un icono porque con el estilo de música que ella hace, es muy difícil en España mantenerse "veintitantos" años. Además tiene la cabeza muy bien amueblada y se ha sabido renovar.
Pero Alaska estuvo, en su momento a favor de Tamara...
Sí, y yo lo alabo. Yo he sido muy fan de esta individua. Pero es que ella no sabe muy bien por donde va, ha hecho muchas cosas malas. Pero Alaska para mí es Dios.
Y esta conversación pudo haber durado por los siglos de los siglos como los cuentos... y hablando de tiempo... quién sabe si dentro de algún tiempo lejano o no, escuchamos decir de boca de un incipiente artista que para él, Richy Bastante, es Dios.